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Pizzería Michelangelo |
Madrugamos bastante porque nos hemos informado que el tráfico en Napoles es muy intenso. El desayuno en la Massería Guida ha sido exquisito. Hemos salido a las 8:45 hacia la plaza Nacional de Nápoles en donde teníamos reservado el parking. Efectivamente el tráfico es caótico, la autovía estaba colapsada y con retenciones. Para hacer los 15 km por autovía hemos tardado una hora y 45 minutos. Conducir en Nápoles es jugarse la vida a cada momento, no se respetan las señales, ni marcas en la calzada. Los coches se te meten por todos sitios, te adelantan por el arcén y se colocan delante, se cruzan, etc. Las motos salen por todos sitios y tienes que esquivarlas cuando se meten en tu carril de frente. A pesar de este caos no hay accidentes. Los peatones cortan el tráfico para pasar, los pasos de peatones están de más. Bueno, por fín hemos llegado al parking. Después de dejar el coche nos hemos ido a estación Garibaldi para coger el metro hasta la estación Dante. Teníamos también reservada la visita guiada por la ciudad a las 10:30. Hemos llegado a las 11:00 y gracias a que uno de los guías no se había presentado, hemos llegado a tiempo para unirnos al grupo. La visita no ha cubierto nuestras expectativas, el guía nos ha llevado por algunas calles del centro pero no a ningún monumento que mereciese la pena. Nos ha dicho las costumbres y donde se comen las mejores pizzas de todo Nápoles. Ha sido un poco lenta porque iba explicando en inglés y español en cada parada. Después de la visita hemos comido en
"El Presidente" uno de los sitios recomendados. Antes de comer hemos pasado por la
Iglésia de San Genaro que es bastante interesante. La verdad es que la pizza estaba deliciosa. Con el cuerpo repuesto, nos hemos dedicado a ver algunos templos del centro y pasear por la
Via Tribunali que tiene mucho ambiente y es el eje que divide la ciudad en dos partes.
Nápoles es una ciudad que impresiona por lo caótico, no solo en el tráfico sino en las construcciones, las calles bastante sucias, mucha miseria, aunque los napolitanos siguen el ejemplo de Polichinela y viven felices aunque no tengan nada.
A las 4 nos hemos ido a Sorrento, una larga cola de nuevo para llegar. La costa sorrentina con los acantilado es muy bella, y el aterdecer precioso, aunque es muy lento visitarla por las largas colas para llegar. Dos horas para recorrer 47 km. Como ha oscurecido decidimos ir a Eboli, donde teníamos el hotel.
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